El día de esta charla estaba con un nudo en la garganta,
revolucionado con emociones encontradas, triste, con un toque de ira, el deseo
de terminar rápido y de asesinar a la primera persona que se me cruzara en el
camino.
Increíblemente ese nudo que me impedía respirar fue el que permitió que
las palabras surgieran lentas.
La emociones encontradas y la tristeza fueron
las que permitieron que las palabras surgieran desde la sensibilidad y el deseo
de asesinar confirió fuerza al discurso y me focalizó en el mensaje.
Técnicamente la mejor charla que he dado.
Esas cosas que hace el Universo:
siempre saca lo mejor de nosotros aun en los peores momentos!
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