Ayer ha sido el día de Ntra Sra de la Candelaria. Hoy se celebra el dia de la Vida Consagrada..
"Llegada la noche, me fui a dormir tarde.
Me desperté igualmente a las 3:15, como todos los días. Me puse el habito y salí de mi celda para pasar por el servicio antes de ir a la iglesia para el rezo de Vigilias. En la base de las escaleras cogí mi capa. Por suerte la tenemos y con placer se usa en estos días de comienzo del invierno. La Iglesia del monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles es muy grande y fría en estas épocas y, a estas horas, mucho más.
Me llamó la atención cómo me miraban los hermanos.
Sonrisas, complicidad, alguno que otro se veía que agradecía a Dios al verme. La sensación era de la alegría de la llegada del hijo pródigo.
Aún el abrazo del padre Abad al verme fue extraño y también sus palabras que rompían el silencio nocturno: Has vuelto!!! ... pero nunca te has ido.
Allí me di cuenta: estaba soñando y, en sueños, había vuelto a visitarlos.
Simplemente me dispuse a disfrutar de cada detalle: de los ladrillos de la pared de la iglesia tocándolos nuevamente con mis manos, del padre S. que paso sonriéndome (uno de mis testigos de mi consagración a María), del hermano J. que me guiñó el ojo, de entrar al coro y saludar al Santísimo (a la usanza Trapense que aún hoy uso), coger mi asiento del coro, acomodar los libros y comenzar a cantar a mi Dios.
Pasados unos salmos, sabiendo que era un sueño y recordando que tomé la decisión de hacer del mundo mi claustro, me despedí del olor a humedad de la capilla, del tacto del habito sobre mi cuerpo y desperté."
viernes, 3 de febrero de 2017
domingo, 29 de enero de 2017
Para aquellxs que no deseamos reencarnar más
El Rav (maestro de la Kabalah judía) siempre nos decía que
hiciéramos nuestro trabajo espiritual con pasión.
Él decía: “Deberíamos despertar como si el edificio estuviera
en llamas y fuese nuestro trabajo apagarlo”.
Intenta literalmente saltar de la cama corriendo hacia la
acción. Esto puede marcar la diferencia entre vivir un día una y otra vez por
setenta años, o vivir setenta años en un día.
viernes, 27 de enero de 2017
domingo, 22 de enero de 2017
Encontrémonos verdaderamente. Conóceme tal, como soy
“No te harás imagen tallada…”
Ni de Dios, ni de nada. No retendrás a Dios en una imagen…
Sin embargo, cada palabra que pronunciamos sobre él
y cada nombre que le damos: Eterno, Señor, Padre..
se convierten en imágenes donde limitamos su vida, su
gloria, su amor.
“No te harás imagen tallada…” Ni de Dios, ni de otros.
Sin embargo, algunas palabras bastan para describir a una
persona, construir una reputación, forjarse una opinión, cincelar un retrato,
vaciar al otro en un molde.
Es fácil, tan fácil construirse una imagen del otro,
fiándose de las apariencias y de las habladurías,
quedándose con las primeras impresiones, concretándolo en un
episodio de su vida o en el fracaso de un encuentro.
“No te harás imagen tallada…”
Ni de Dios, ni de los otros, ni de ti mismo.
Porque cada uno forja su propia imagen.
¿Cómo entonces discernir el rostro bajo la máscara,
la fragilidad bajo la seguridad, la herida bajo la chanza,
la ternura bajo la frialdad?
Es difícil romper las imágenes que se han hecho de los
otros,
de ir hacia el otro y decirle:
“Es a ti a quien quiero encontrar y conocer,
y no la imagen que me han dado de ti,
y no la imagen que tú das de ti”.
Es difícil romper la imagen que los otros se hacen de
nosotros,
o que hemos querido dar de nosotros mismos,
o de ir hacia el otro y decirle:
“olvida las imágenes que tienes de mí.
Encontrémonos verdaderamente.
Conóceme tal, como soy “.
Nadine Heller, pastora. Communion Béthanie
viernes, 20 de enero de 2017
Mi cielo compartido
Hoy, un día más, la vida me da posibilidades de levantar la mirada de mi ombligo, mirar al frente y elevarla al cielo.
Muchas cosas han pasado esta semana para estar agradecido.
Muchas cosas han pasado esta semana para estar agradecido.
Muchas no gustan
pero seguro será lo más apropiado.
Muchas otras gustan mogollón y lo más
apropiado ha sido dejarlas ir.
Y en el aceptar y en el dejar ir se encuentra la clave de mi libertad responsable de construir, en la tierra, mi cielo compartido.
Y en el aceptar y en el dejar ir se encuentra la clave de mi libertad responsable de construir, en la tierra, mi cielo compartido.
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