El Rav (maestro de la Kabalah judía) siempre nos decía que
hiciéramos nuestro trabajo espiritual con pasión.
Él decía: “Deberíamos despertar como si el edificio estuviera
en llamas y fuese nuestro trabajo apagarlo”.
Intenta literalmente saltar de la cama corriendo hacia la
acción. Esto puede marcar la diferencia entre vivir un día una y otra vez por
setenta años, o vivir setenta años en un día.
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