Aún con nuestro ego, nuestra negatividad y nuestro egoísmo... seguimos siendo siempre capaces.
Algunas veces, el lado negativo entra sigilosamente en nuestra mente y susurra: “Mírate, eres egoísta. Eres reactivo. Eres sólo un humano. No puedes hacerlo”.
Es en momentos como estos que necesitamos hablarle a esa voz y decirle: “Sé que soy egoísta. Sé que puedo ser reactivo. Pero aún así creo que puedo hacer cualquier cosa. Sigo creyendo que puedo hacer más”. No necesitamos ser perfectos para lograr grandes cambios en nosotros y para el mundo. (Kabbalah Judia)
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