lunes, 29 de octubre de 2018
sábado, 20 de octubre de 2018
EL KALIYANA MITRA
La tradición budista concibe la amistad según la bella idea del kaliyana mitra,el «amigo noble».
Tu kaliyana mitra,lejos de admitir tus
pretensiones, te obligará, con dulzura y mucha firmeza, a afrontar tu ceguera.
Nadie puede ver tu propia vida íntegramente. Así como la retina del ojo tiene
un punto ciego, el alma tiene un lado ciego que no puedes ver.
Entonces, en eso dependes del ser amado, que ve lo que tú no
puedes ver.
Tu kaliyana mitra es el complemento benigno e indispensable de tu
visión. Semejante amistad creativa y crítica; está dispuesta a recorrer
territorios escabrosos y accidentados de contradicción y sufrimiento. Uno de
los anhelos más profundos del alma humana es el de ser visto.
En el antiguo mito, Narciso ve su cara reflejada en el agua y queda obsesionado por ella. Desgraciadamente, no hay espejo en el que puedas ver el reflejo de tu alma. Ni siquiera puedes verte de cuerpo entero.
Si miras detrás de ti, pierdes de vista el frente. Tu yo jamás te verá íntegramente. Aquel que amas, tu anam cara, tu alma gemela, es el espejo más fiel de tu alma.
La integridad y la claridad de la amistad verdadera dibuja el contorno real de tu espíritu. Es hermoso contar con semejante presencia en tu vida.
En el antiguo mito, Narciso ve su cara reflejada en el agua y queda obsesionado por ella. Desgraciadamente, no hay espejo en el que puedas ver el reflejo de tu alma. Ni siquiera puedes verte de cuerpo entero.
Si miras detrás de ti, pierdes de vista el frente. Tu yo jamás te verá íntegramente. Aquel que amas, tu anam cara, tu alma gemela, es el espejo más fiel de tu alma.
La integridad y la claridad de la amistad verdadera dibuja el contorno real de tu espíritu. Es hermoso contar con semejante presencia en tu vida.
domingo, 14 de octubre de 2018
¿Cómo iniciarte en tu Laboratorio Interior?
"Iniciarte en tu laboratorio interior
Los sufíes no creen en las explicaciones. Si vas a un sufí, él te dará métodos, no doctrinas. Esa es la razón por la que los llaman la gente del camino. Te dan un método. Te dicen: “Trabaja en el método”. Si el método profundiza, si cambia tu corazón, si abre tu ser, lo sabrás”. No te darán ni una simple doctrina, una simple regla; no tienen ninguna. Ellos solo tienen metodología. Es muy científico. Te dan a catar. Es un trabajo duro, arduo. Si vienes a mí y preguntas: “¿Qué es la verdad?”. Yo puedo decirte algo; en unos minutos el trabajo estará hecho. Yo te lo he dicho, tú lo sabes, y se acabó. Ni yo te he dicho nada, ni tú has entendido nada, pero ahora en ti ha surgido la idea de que tú sabes. Y ahora portarás esa idea. Si realmente estás interesado, tendré que darte una tarea, no una doctrina; tendré que darte una meditación, no una regla; tendré que iniciarte en tu laboratorio interior; tendré que llevarte, poco a poco, a aguas más profundas de tu ser. Poco a poco empezarás a sentir, a ver; te volverás más sensible, más alerta, más consciente, y la cosas empezarán a penetrar tu gruesa capa de inconsciencia. Algunos rayos empezarán a entrar en tu “oscura noche del alma”. Y entonces sabrás."
OSHO, extraido del libro "Sufíes: La gente del camino"
Los sufíes no creen en las explicaciones. Si vas a un sufí, él te dará métodos, no doctrinas. Esa es la razón por la que los llaman la gente del camino. Te dan un método. Te dicen: “Trabaja en el método”. Si el método profundiza, si cambia tu corazón, si abre tu ser, lo sabrás”. No te darán ni una simple doctrina, una simple regla; no tienen ninguna. Ellos solo tienen metodología. Es muy científico. Te dan a catar. Es un trabajo duro, arduo. Si vienes a mí y preguntas: “¿Qué es la verdad?”. Yo puedo decirte algo; en unos minutos el trabajo estará hecho. Yo te lo he dicho, tú lo sabes, y se acabó. Ni yo te he dicho nada, ni tú has entendido nada, pero ahora en ti ha surgido la idea de que tú sabes. Y ahora portarás esa idea. Si realmente estás interesado, tendré que darte una tarea, no una doctrina; tendré que darte una meditación, no una regla; tendré que iniciarte en tu laboratorio interior; tendré que llevarte, poco a poco, a aguas más profundas de tu ser. Poco a poco empezarás a sentir, a ver; te volverás más sensible, más alerta, más consciente, y la cosas empezarán a penetrar tu gruesa capa de inconsciencia. Algunos rayos empezarán a entrar en tu “oscura noche del alma”. Y entonces sabrás."
OSHO, extraido del libro "Sufíes: La gente del camino"
lunes, 8 de octubre de 2018
domingo, 23 de septiembre de 2018
¿Es eso evolución?
Los seres humanos no nacemos sabiendo conducir ni sabiendo coger carreteras para llegar a nuestro destino. Vamos aprendiendo. Vamos evolucionando.
Pero llega el momento que completamos un primer mapa de lo que seremos. En ese mapa hemos aprendido, por repetición que convierte en hábito, formas de desempeñarnos mental, emocional, corporal y hasta espiritualmente.
Un simple anécdota: todos tenemos una forma especifica de caminar sin darnos cuenta. Las personas que han sufrido algún tipo de accidente, y han quedado momentáneamente inmovilizadas, al recuperar la salud deben aprender a caminar nuevamente. Su forma de hacerlo, a partir de ese momento, es diferente. No es lo mismo aprender a caminar a los dos años que a los 30.
En los demás aspectos es similar.
Los seres humanos aprendemos una ruta que nos lleva a algún sitio deseado y ya no re-formulamos los caminos. Nos acomodamos, nos acostumbramos. Esto es lo que no hace fácil el cambio.
Los seres humanos somos la única especie que se preocupa por el pasado. Esta es una ruta de vida que adoptamos y repetimos, repetimos y repetimos. Las formas que aprendimos a los 15 años las repetimos a los 30 años y así sucesivamente aunque las circunstancias sean diferentes.
Hacemos de nuestro pasado un continuo sin esforzarnos en aprender nuevas herramientas, aunque las necesitemos para vivir de manera más satisfactoria.
¿Es eso evolución?
Tomemos unos minutos para hacer turismo interior y preguntarnos: ¿Estamos evolucionando?
Pero llega el momento que completamos un primer mapa de lo que seremos. En ese mapa hemos aprendido, por repetición que convierte en hábito, formas de desempeñarnos mental, emocional, corporal y hasta espiritualmente.
Un simple anécdota: todos tenemos una forma especifica de caminar sin darnos cuenta. Las personas que han sufrido algún tipo de accidente, y han quedado momentáneamente inmovilizadas, al recuperar la salud deben aprender a caminar nuevamente. Su forma de hacerlo, a partir de ese momento, es diferente. No es lo mismo aprender a caminar a los dos años que a los 30.
En los demás aspectos es similar.
Los seres humanos aprendemos una ruta que nos lleva a algún sitio deseado y ya no re-formulamos los caminos. Nos acomodamos, nos acostumbramos. Esto es lo que no hace fácil el cambio.
Los seres humanos somos la única especie que se preocupa por el pasado. Esta es una ruta de vida que adoptamos y repetimos, repetimos y repetimos. Las formas que aprendimos a los 15 años las repetimos a los 30 años y así sucesivamente aunque las circunstancias sean diferentes.
Hacemos de nuestro pasado un continuo sin esforzarnos en aprender nuevas herramientas, aunque las necesitemos para vivir de manera más satisfactoria.
¿Es eso evolución?
Tomemos unos minutos para hacer turismo interior y preguntarnos: ¿Estamos evolucionando?
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