Los seres humanos no nacemos sabiendo conducir ni sabiendo coger carreteras para llegar a nuestro destino. Vamos aprendiendo. Vamos evolucionando.
Pero llega el momento que completamos un primer mapa de lo que seremos. En ese mapa hemos aprendido, por repetición que convierte en hábito, formas de desempeñarnos mental, emocional, corporal y hasta espiritualmente.
Un simple anécdota: todos tenemos una forma especifica de caminar sin darnos cuenta. Las personas que han sufrido algún tipo de accidente, y han quedado momentáneamente inmovilizadas, al recuperar la salud deben aprender a caminar nuevamente. Su forma de hacerlo, a partir de ese momento, es diferente. No es lo mismo aprender a caminar a los dos años que a los 30.
En los demás aspectos es similar.
Los seres humanos aprendemos una ruta que nos lleva a algún sitio deseado y ya no re-formulamos los caminos. Nos acomodamos, nos acostumbramos. Esto es lo que no hace fácil el cambio.
Los seres humanos somos la única especie que se preocupa por el pasado. Esta es una ruta de vida que adoptamos y repetimos, repetimos y repetimos. Las formas que aprendimos a los 15 años las repetimos a los 30 años y así sucesivamente aunque las circunstancias sean diferentes.
Hacemos de nuestro pasado un continuo sin esforzarnos en aprender nuevas herramientas, aunque las necesitemos para vivir de manera más satisfactoria.
¿Es eso evolución?
Tomemos unos minutos para hacer turismo interior y preguntarnos: ¿Estamos evolucionando?
domingo, 23 de septiembre de 2018
miércoles, 19 de septiembre de 2018
jueves, 13 de septiembre de 2018
Nos da miedo ...
Nos da miedo madurar, nos da miedo tantas cosas que acabamos temiendo al amor de verdad, aunque lo deseamos. Eso es algo grabado en el alma y el corazón de todos los seres humanos... pero andamos fríos, fríos, intentando evitar tantas cosas consustanciales al amor que acabamos por desearlo pero temiéndolo, por lo cual no lo obtenemos.
Diego Carranza
Diego Carranza
martes, 11 de septiembre de 2018
viernes, 7 de septiembre de 2018
Los mejores momentos
Cuando las cosas están saliendo bien, tenemos la tendencia a no invertir tanto de nosotros en aquellos aspectos que estimulan nuestro crecimiento personal. Es cuando el recorrido se pone difícil que nos volvemos devotos a crear una mejor vida para nosotros mismos.
Es la naturaleza de este mundo que tendremos que continuar lo queramos o no. Escoger cambiar proactivamente es mucho más fácil que ser empujados por el universo, y ésto nos hace cocreadores de un mejor destino.
Los momentos en que “las cosas están saliendo bien” son realmente una oportunidad para pensar en cómo podemos empujarnos hacia adelante, para alcanzar alturas incluso más grandes en nuestra felicidad
(Kabbalah Judia)
Es la naturaleza de este mundo que tendremos que continuar lo queramos o no. Escoger cambiar proactivamente es mucho más fácil que ser empujados por el universo, y ésto nos hace cocreadores de un mejor destino.
Los momentos en que “las cosas están saliendo bien” son realmente una oportunidad para pensar en cómo podemos empujarnos hacia adelante, para alcanzar alturas incluso más grandes en nuestra felicidad
(Kabbalah Judia)
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